Uffff...

“No sé si a alguien más le habrá pasado.Para mi es primera vez y te juro que no sé que hacer con eso. Llegar a querer tanto y desde tan adentro, que el intentar sacar a esa persona de tu vida sea tan, pero tan difícil y doloroso. Obvio que si. No puedo ser el único. Supongo que es parte de la vida. Esa parte injusta que nadie nos dijo que existía. Esa parte injusta y codiciosa, que te cede el derecho a amar en incomodas cuotas mensuales de dolor e insatisfacción... es como en la sirenita, pero the real one... Se que fui yo quien le puso fin a la relación, pero ya no soportaba más esa angustia que me provocaba el no entender de que se trataba todo. Solo necesitaba que me quisieran... y saber que me estaban queriendo... y no pude saberlo o me faltaron las herramientas para entenderlo. A lo mejor me lo dijo mil veces y no lo entendí. Ese fue y sigue siendo el peor castigo. La sensación de estar desaprovechado LA oportunidad que te daba la vida. Y qué oportunidad!!!!”
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“Me encantaría poder decir que me equivoqué, que tuve una crisis de histeria, que fui víctima de un mal de ojo, que todo lo que sentí, todo el dolor y el malestar con el que me tuve que haber, fue solo producto de mi imaginación. Una cosa así como de Tony Camo. Rápidamente todo tendría sentido, tomaría mi auto y partiría a su casa, le tocaría la bocina y esperaría lo que fuera necesario hasta que saliera. Le abrazaría y besaría. Le diría “te quiero para siempre” y procuraría no volver a perderme de su voz, su risa y su cuerpo. Pero las cosas no son así, porque lo bueno obnubila lo malo. Lo que me enamoró actúa por egoísmo y me esconde de lo que me apartó. El recuerdo tiñe de rosa todo alrededor.”
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“No sé como hay gente que se atreve a decir que esto es antinatura... Anda que me encuentre yo con uno de esos. No entiendo. Que daría para que se sintieran como me siento... que sientan mi pecho, mi estomago, mis intestinos, ese dolor que no se entiende, ese temblor que te traiciona, la imposibilidad de pensar y trabajar, el ojo constantemente húmedo y rojo, y esa sensación imposible de controlar, de que no tiene sentido seguir viviendo sin él, cada vez que un recuerdo se cuela por tu mente... se atragantarían del apuro en comerse sus palabras. ¡¡Cómo se atreven!!!”
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“En verdad no sé que hacer. He estado pensando que todo se solucionaría con un último baile; una canción final para los dos. Poder abrazarlo y bailar. Decirle “cuanto te quise”, acariciar su cara, rozar por última vez sus labios y decirle adiós. Y que entendamos que es lo mejor. Y que no se nos destroce el corazón. Y que podamos seguir viviendo. Y que mi camino sea el mejor. Y que su camino sea el mejor. Felices por este cruce de vía y del tiempo que duró. Un final de novela. Mi final de temporada.”
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“¿Se podrá? ¿Qué me aconsejas tú?”
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No sé - Le contesto en un suspiro y un poco pa´dentro, mientras veo como seca con su puño la única lágrima que le he visto llorar con verdadero dolor desde que le conozco-. La verdad, no sé que decir.
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Eso
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B.