domingo, 25 de noviembre de 2007

Nuevas adicciones

Ya van tres meses y algo más sin ver tele. No por excentricidad, por cierto, sino más bien por puro infortunio. Lo concreto es que no tengo tele. La historia es larga, así que quedémonos con el hecho puro. Tampoco es tan verídico que no veo tele. De repente por ahí me toca estar frente a uno de estos aparatos y me quedo pegado un rato. Canales nacionales la mayor parte de las veces. Pero en el grueso de las horas del día o de la noche, no veo tele. No es fácil, de hecho es duro. Más si uno tiene una historia de teleadicción que progresivamente me fue creando una dependencia muy similar a la que se puede llegar a tener por consumir algún tipo de droga o al mantener ciertas conductas placenteras en la vida. Desde chico me veía todas las teleseries, partiendo por las brasileras que daban en el trece hasta las chilenas de la tarde, e incluso alguna mexicana top o de estas argentinas que de cuando en vez prenden por aquí. Lazos de familia, Todo por Amor, El Clón, Roque Santeiro y La Reina de La Chatarra son algunas de las cariocas. La Madrastra, La Última Cruz, Las Herederas, Angel Malo, los Títeres, La Torre Diez, Te Conté, Marrón Glacé, Amame y el lote de Sabatinni, son como las clásicas chilenas. Todavía me sé algunos de los temas y depenterre los canto cuando ando aburrido. “Sola muy sola, siento en tus besos, recuerdo esos días que junto a tí pasabamos...” o “ Yo vengo desde muy lejos, buscando un sueño...” o “Es todo mentira, el loco no existe...” o “dame, dame, dame,dame luuuuz...” o “solo veo inocee_e_encia cuando miro tus oo_ojos...” o un largo etc que no me enorgullece mucho.
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Por ahí apareció el cable y me quedó la cagá. ¡¡¡¡Todas las horas del día cubiertas por la tele!!!!!! Obviamente me hice adicto a la mayoría de los sitcom de Sony entertaiment y de otras net. Chao con las producciones chilenas. Además, te repetían los capítulos y podíai pasar toda la puta noche viendo webadas. Fanático de Friends y Will and Grace, debo admitirlo. Identificado al puerco con Karen Walker (¿?). Lejos el personaje más adorable de la televisión. La más millonaria, derrochadora, insensible, indolente, pueril, borracha de vodka y whisky, arribista, hedonista, bien vestida, aprovechadora, inescrupulosa, explotadora de empleadas mexicanas y maricas huecos, racista, insolente y care raja de la familia. Por años un ejemplo a seguir. Mi último año de tele, me apuraba en llegar al depto solo para verla. Ídola máxima. Pero lo maravilloso del asunto del cable, era que podías pasarte la vida entera haciendo zapping, sin ver nada y enterándote de todo; esperar horas eternas para ver Oz y disfrutarla en la oscuridad, semi escondido y bien mojado; saltarte todas las noticias, cadenas, paradas y latas nacionales viendo el canal disney, Runaway proyect, al cocinero argentino, al héroe saludable de pantalones ajustados celestes o al gordito de Grace´s Anatomy que cache al vuelo; desahogar las penas y pesares de la vida junto al chillón del megáfono que desarma cuchitriles y entrega mansiones y que te dejaba invariablemente con un nudo atroz en la garganta, o con las repeticiones de películas tan estúpidas como Jamas Besada y Step Mother; sentirte el más culto de la vida al conocer el cuestionario de Bernard de no sé que chucha que un tal Lipton de barba postiza le aplicaba a actores famosos y que, luego, copió pobremente nuestro Luis Jara; o reírse y aliviarse con la UK sitcom que daban en Film & Art sobre una ex hippy gorda, decadente y obsesionada por los kilos, amiga de una ex modelo borracha y más patética aún. Horas y horas de ver y ver. Notable el cable que ya no veo.
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Pero como todo vicio que se deja, necesariamente se debe reemplazar con otro. Entérense que las vías neurológicas del placer y la recompensa son las mismas para un café, el sexo, los puchos, la cocaína, la lectura, la tele y cualquier cosa que nos genere satisfacción. Las diferencias que determinan el grado de adicción tienen que ver con la inmediatez del efecto que produce un determinado estímulo y la intensidad del placer que uno percibe como secundario a este. Todo lo que entre por la nariz o por los pulmones pasa rapidito y, si no requiere de mayor elaboración, genera una dependencia casi inmediata. Lo que se demora, ya sea por que el estímulo es más lento o porque necesita de mayor elaboración para generar placer, engaña y genera una adicción solapada y silenciosa, pero adicción al fin. ¿Cuál creen entonces que es mi reemplazo? Como pista les dejo que probablemente tiene que tener una secuencia de adicción similar, una vía de sensibilización parecida y un patrón conductual muy semejante para calmar los inminentes síntomas de privación que pudiesen aparecer. A ver que tan fríos o calientes quedan.
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Pero eso no es todo, me doy la lata de contarles mi pésima semana. Lunes tempranito, accidente cocinero y me corto el antebrazo con un cuchillo. Partir a la farmacia a comprar cosas que no tengo para desinfectar y afrontar. Pensé en ponerme un punto (así de grande era), pero no encontré y me puse esas tiritas afrontadoras. Por mi me coso, en eso soy como Rambo. Martes tempranito, el calefónt no prende, 7:00 y no prende, 7:10 y no prende, 7:24 y no prende, 7:36 y no prende. “Ok, me baño con agua fría” me dije para mis adentros. Un tempano era el que salía por los hoyitos de la ducha. Imposible bañarse. En eso debo ser como frutillita. Por presas no más en el lavatorio y con agua hervía de la tetera. Un riesgo, porque el día anterior con el calor y mi pésimo desodorante, que se supone dura 24 horas, hedía. En mi casa ningún problem, pero esos días me toca trabajar 18 horitas, con más gente y en lugares cerrados, por lo tanto, el tema del olor sí es tema. Huelga de brazos caídos no más. Miércoles, pana del tonto (sin comentarios). Jueves, agradable, raja, pero bien, hasta que no me dejan entrar a la piscina por mi herida. Todo pagado, pero hasta que no sea cicatriz y deje de secretar ese juguito amarillo, soy como un paria con lepra en términos piscinísticos. Viernes todo bien hasta que mi jefa me encaleta dos trabajos para el lunes. “Es que se me pasó avisarte antes” fue la excusa. Estaría todo bien si no fuera porque tengo que trabajar por los porotos el sábado y el domingo. Así que me entenderán cuando digo que ando Burn out. Ando Burn out.
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Largo salio.
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Eso
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B.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Shuffle and vulnerability

Muy apoyada en el capó de mi vehículo pop estaba la otra noche un travestí ofreciendo su depilado culo a un tipo que, muy de poto pelado también, le introducía por detrás ese pedazo de humanidad que tanto orgullo y deseo genera a por lo menos la mitad del orbe. Para que se hagan una idea de la dinámica de la imagen, la performance del sujeto era muy similar a la de un conejo que alguna vez mostraron en un reality ejerciendo las mismas funciones. Todo esto, un poco pasadas las dos de la madrugada, cuando me pasaron a dejar donde yacía mi supuestamenteestacionadoenunacallesolitaria auto. Había otro travestí, pero no alcance a ver cual era su participación en el entuerto, porque, a pesar de lo interesante y novedoso de la situación, no sapeamos por más de 30 segundos. Obviamente, tampoco los iba a interrumpir, así como “a ver, permiso, vamos despegándonos que mañana me levanto temprano” o en onda ”Ya pue, rápidito, suelte su néctar y pa la casa, que me tengo que ir”, porque, concordemos, que habría sido de lo más desubicado de mi parte. Además, la idea de solidarizar se apoderó de mi, mal que mal, ellas y yo, a esas horas de la noche no hacíamos otra cosa que ganarnos las riendas para los porotos del día siguiente y, por otro lado, uno nunca sabe cuan largas son las uñas de esas tipas y no estaba dispuesto a averiguarlo y, mucho menos, a llevar una muestra gratis en mi cara para toda la vida. Así que, sin otra cosa mejor que hacer, nos dimos una vuelta a la manzana y al volver ya no estaban. Culión de oficinista que le dicen: cortito, pero suficiente. Igual raro. Como no soy muy de orgías, creo que es primera vez que me topo con una situación así tan de sopetón y tan cerca. Hago y hago memoria y parece que nunca había visto a alguien tirando tan descaradamente a vista y paciencia. De repente, a lo lejos en el Santuario de la Naturaleza, hace un kilo de años atrás. Uno escucha cosas, especialmente si vives con más gente, pero de ahí a ver, me parece que no. Esos Shos de sexo en vivo que alguna vez dieron y que mi curiosidad no fue capaz de aguantar, como que no valen, y esos cuartos obscuros de las maricotecas nunca los he visitado. De hecho tengo la impresión que son más mito que realidad. Chuta, en saunas tampoco he puesto mis pies. Que mongo me estoy sintiendo. En fin, tuve que lavar el auto, no vaya a ser que se agarre alguna infección. Y porque además de las manos de la travesti en el capo, en la parte de atrás quedo un culo claramente dibujado. O fue una atención integral, o me usaron el auto duro y parejo como casa de putas. Claramente San Camilo no es el mejor lugar para estacionarse de noche. Habrá que evaluar otras opciones. Bah, alternativas.

Pero a lo que vine. Después del otro pós, y de los ingenuamente borrados, las cosas avanzan, no a zancadas, pero mejor que las semanas anteriores. Dejarse fluir es una gran terapia. Psiquiátricamente recomendada. Así que recogí la mayor parte de los consejos y apliqué la modalidad shuffle a la vida. Primero, cambie el CD de la Ely por un compilado atípico de R.E.M (no Out Of Time, ni que tenga Everybody Hurts, ni otros temas deprimentes). Me gusta el grupo desde finales de mis años lesos y lo tenía medio botado por razones de fuerza mayor. De alguna manera es como volver a los gustos primarios. Además, me gusta Wake up bombs y eso de i look good in a glass of pack, i look good and mean... i like being seen... and Ble ble ble. Segundo, salí a bailar, y aunque no me moví mucho, me dio tiempo para pensar, sentir el cielo, vivir el dulce momento y sentirme bien.

Debo si reconocer que ando de lo más vulnerable. Como con todas mis antenas bien paradas y recibiendo y acusando todos los cambios del exterior y del interior. Así mismo exteriorizando un lote de cosas y dejando harta barrera, defensa y filtro a un lado. Me gusta en todo caso esta situación novedosa de la vulnerabilidad, porque además de toda esa tontera de que de esa manera uno siente que está efectivamente vivo, que está más consciente y participante de la temporalidad y del mundo que le rodea, yo encuentro que me queda particularmente guapa. Tal como le quedó a Halle Berry en Monster´s ball o la Kidman en Las Horas. No por nada se ganaron un Oscar por esos papeles. Pero por sobre todas las cosas, encuentro que me queda como la de Juliette Binoche en El Paciente Ingles. Guapa ella. Vulnerable como yo. (Entre nos, la primera imagen que se me vino a la mente fue la de la gordita gringa con pésimo francés que siempre hace de monja u otro papel secundario, y que en París Yo Te Amo, actúa de turista y que después de mucho tiempo, y a pesar de estar sola como un faro, se siente viva. Pero estarán de acuerdo conmigo que no me va ese perfil, y que, francamente, me quedan mejor los ejemplos guapos antes mencionados).

En resumen, como la Austen hubiese querido decir: hasta nuevo aviso, todo en mi vida será Shuffle and vulnerability. No sé si les cuente como finalmente me resulta, aunque, quién sabe, depende como se de la baraja.


Eso.

B.

El dato rosa: ya fue.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Mil excusas.

O de como por falta de hueco me sobra espacio. Lo cual como dijo Alanis “isn´t it ironic? Don´t you think? A little too ironic? Yeah i really do think.” En todo caso, no tiene nada que ver con el pós siguiente, pero me gustó la frase como partida y ando pegado, pegado, pegado, pegado.

Debe ser la vejez que, a pesar de mis esfuerzos, se me coló o a lo mejor el exceso de horas con alteración de conciencia que durante el último tiempo me ha mantenido como en un idiótico trance, porque parece como si anduviera cubierto de cola fría (lo cual es más irónico) y se me queda pegá cuanta persona, objeto, situación o circunstancia se me pone por delante (iba decir algo de por detrás, pero paremos la custión (también puede ser risible esto último)). El pós del joven del bate es un ejemplo. Pegado con la noticia y sus ojitos. El que vino después de ese también. De hecho, por ese último pós el título de este pós. De hecho, ahí fue cuando me cayó la teja. De hecho, por eso lo suprimí. Porque, francamente, no puedo ser tal latero y tan pegao. Francamente. Si ya pasó. Ya terminó. Ya se acabó.

El otro día fui a un heteroasado y lo mismo. Sabía que si iba, íbamos a terminar hablando sobre las mismas polémicas que hablábamos hace como 10 años atrás. Me prometí que no iba ser así. Pero tate, que pongo el tema. Horas hablando de lo mismo. Mismas posturas, mismos argumentos, mismas wuebadas. Eso sumado a lo fome y extemporáneo del tema, un desastre total.

Tenía que entregar un trabajo la semana pasada, pero no he podido avanzar porque me he quedado pegadísimo en un mismo párrafo. Repito palabras, repito ideas, repito conceptos. Mal. Pésimo. Cacofonía todo el rato y en todo el texto. Mal. Pésimo. Por suerte me aman mis profesores y me basta una buena excusa para alargar el plazo, pero que lata seguir con el mismo tema y no avanzar (esto es metáfora, también(tengo problemas con los además y los entonces y los también y las comas))

Para colmo se me hecho a perder el diskman (si que antiguo, pero ya dije que se me coló la vejez) y se quedó pegado en la función del numerito 1, entonces me repite, inagotablemente la misma cancioncita. La primera canción pegada fue “Un Vestido y un Amor” de fito Paez, la cual fue muy poco oportuna ¿Cómo no se me iba a quedar pegada? (introduzco porsiaca: terminé hace unos meses y el joven se fue al extranjero y volvió y pensé que todo bien y olvidado y me topé y en realidad lo vi y me quedó la cagá y la canción dice “te vi, juntabas margaritas del mantel, yo sé que te traté bastante mal...” bueno, la cosa es que era muy ad_oc). Días escuchando el mismo temita. Cuando quieran se los canto. Me lo sé de memoria. Mal. Pésimo.

¿Qué más? No sé. No me acuerdo. También me pasa eso. Sin duda es la vejez.

Ahora, desde que me cayó la teja decidí hacer algún cambio y cambie el compac del diskman. No sé porque por qué cuando hay algo profundo que modificar, lo primero que uno hace es partir por lo superficial. No digo yo que hay un solo paso. En todo caso, Ely Guerra fue la elegida. Adivinen quién me lo regaló. Pero parece que bien. Se me quedó nuevamente pegado. Todo el CD es bien para cortarse las venas, al menos para mi, pero se me quedó pegado en una canción auspiciosa. Dice así la parte que me interesa: “quiero bailar, quiero sentir el cielo, Quiero volar, ver el amanecer, Quiero vivir, solo el dulce momento, Y bailar, quiero sentirme bien” y como ya tenía un cambio de switch por la teja caída, como que se me dio bien.

Está como largo esto. El estado alterado de conciencia debe ser. Haciendo el tocuentocor, todo mejor, pero igual de pegado. El ánimo es el de la última cancioncita. La canto a todo chancho en el auto y espero que de aquí en adelante sea todo, al menos, parecido.

Vuelvo a las excusas. Pésimo pós. Mal. Francamente.

Eso

B.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Capote

Me gusta el joven del bate.
Quería postear algo más sutil al respecto, pero debo aceptar que me atrae considerablemente el joven aquel. Es guapo, eso es algo que no se puede negar, pero no es solo eso. Hay otros por ahí dando vueltas, y con mejor prontuario, que son más guapos y probablemente muchísimo más asequibles. Sin embargo, es este el que ha llamado más mi atención los últimos días. Curioso. Me he imaginado un Capote yendo a visitarlo y obteniendo de él lo que los demás no han podido obtener. Quebrantando posibles barreras y defensas que me expliquen las razones de su mirada y su silencio. No creo que sea inocente. Sé claramente que no lo es. Es un hecho comprobado e irrefutable que le reventó la cabeza a su víctima. El que haya sido menor de edad o que haya estado bajo los efectos del alcohol no disminuyen su responsabilidad. Aun cuando haya sido en defensa del hermano como argumenta su abogado, supera con creces una acción protectora. En todo caso, ya fue juzgado. Ya obtuvo sentencia. Les guste o no a los involucrados. No es el punto. Tiene ahora 19 años. Tenía entonces casi 18. Con esa edad estaba yo estudiando otra carrera a la que ejerzo en estos momentos y luego decidiendo sobre como quería que mi vida fuera desde una perspectiva profesional. Estaba lejos de ser lo que ahora soy. Tenía una pareja esperable y terminaba con ella por razones que ni yo mismo comprendía. Era vegetariano porque creía en cosas como Ami el extraterrestre y consideraba a los animales como parte de mi cosmos. Estaba a cargo de mi propia manada, lobatos que le llaman. Me metían preso por falta de respeto a la autoridad, cuando fue la autoridad la que me faltó el respeto a mi. Compartía celda con un asesino, luego de ver como le sacaban la cresta a lumazos los mismo pacos que a mi me habían tratado a garabatos, pero con pinzas si comparamos. Raro. ¿Qué tiene el joven del bate que me llama tanto la atención? ¿Será que su padre es pastor evangélico y, por lo tanto, el cuento del bien y el mal siempre estuvo en su mesa? ¿Será que tiene un séquito de lolas que al parecer lo siguen a todos lados y le lloran a pesar de saber, como yo, que no hay excusas en su actuar? Puede ser que les pase lo mismo que a mi. Cuando salga tendrá 26. La edad que yo cumplí el año 2000. ¿Quién no se imaginó en esa fecha? Proyecciones. Que divertido recordar. Familia, hijos, problemas que enfrentan la mayoría de mis amigos, pero yo no. Ni profesional era para el cambio de milenio. Ni beso del amor eterno se me obsequio. ¿Que pensará Aaron? ¿Donde estará su mente en estos momento? ¿se proyectará? ¿Sabrá,como no supe yo, que el tiempo perdido por wevadas no se recupera? ¿tendrá noción de lo traicionera que es la temporalidad? Vuelvo a ser capote y fabulo. Imagino sesiones completas de preguntas y respuestas, de negativas a contar, de verdades entre líneas, de mentiras imposibles de creer y de momentos de mutua vulnerabilidad. Podría enamorarme de él. Podría esperar su libertad y entregarme a su decisión. Imaginarme amando a pesar de los pesares, pero soy capote y eso no le ocurre a capote. Yo uso. Aprovecho la situación y mi capacidad de encantar. Vívora le llaman. Ahora escribo esto. Me hago el cool. Me desahogo entre líneas. Aarón no lo sabe y no lo sabrá. Nunca me encontraré con él. Cuando salga tendré 40. Tantos. No sé. Me intriga Aarón. El punto es que el joven del bate me atrae y no es solo una ceja la que me levanta.



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Eso


B.

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b.